El pueblo de Constanza nunca deja de impresionar y cautivar. Al llegar habrá que mirar dos veces para asegurarse de que está en el Caribe y no en Suiza, gracias a los pinos, la arquitectura de las cabañas veraniegas, los pequeños hoteles y al esplendoroso valle sembrado de frutas, flores y vegetales.
Constanza, una escénica villa agrícola, a unos 1.220 metros sobre el nivel del mar y con una extensión de 30 kilómetros cuadrados, está enclavada en el valle más fértil del Caribe, donde se cultivan flores y plantas ornamentales, al igual que las papas, zanahorias, lechuga, apio, ajo y fresas de gran tamaño. El pueblo tiene sus propias especialidades culinarias, destacándose el puré de cepa de apio.
Aqui se encuentra la reserva cientifica ebano verde Un área de observación para especies protegidas donde se conservan los árboles de ébano verde, exclusivos de esta parte del mundo. Es también una importante estación para la observación de aves.
Tambien encontraremos el salto de aguas blancas Situado a una altura de 1.700 metros, es la cascada más alta de las Antillas, con dos caídas de agua desde una impresionante altura de 83 metros. La temperatura promedio de sus aguas es de 10C, por lo que el baño, aunque posible, es muy difícil.
El valle del tetero tambien se encuentra en este hermoso lugar es la principal sabana de la Cordillera Central, a unos 1.500 metros de altura, con una extensión de 3 kms. Es un lugar para tomar aprovisionamiento de agua y para acampar.
Valle nuevo Ubicado a 2.250 metros sobre el nivel del mar, se le llama también Valle Encantado. Los altos pinos (Pinus Occidentales) y los llamados pajones (Danthonia domingensis) impregnan al valle de un aire misterioso, propicio para dar rienda suelta a la imaginación en las frías veladas nocturnas alrededor de los fogones.
Publicado por:
Salvador Matos
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